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Mirad, uno fuerte y recio
viene de parte del Señor:
como lluvia acompañada de granizo,
igual que destructora tempestad,
como lluvia torrencial anegadora;
derriba por tierra de un golpe.
Será aplastada bajo sus pies
la hermosa corona de los ebrios de Efraín.
La flor caduca de su pompa y atavíos,
situada en el cabezo del valle fértil,
será como breva que presagia el verano;
quien la ve, la atrapa y se la come.

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